Nada salió bien

 

¡Que nochecita! El domingo se jugó en el Beranger mucho más que un partido. Se esperaba la confirmación que Temperley se encaminaba a una regularidad que permita pensar en una temporada de acuerdo con las expectativas. No fue así. El equipo fue de un inofensivo dominio territorial a un decrecimiento que no le permitió nunca más estar en partido.

 

Tras un inicio auspicioso pero breve, Temperley comenzó a perder en todos los sectores de la cancha frente a un Atlanta que tampoco venía de una campaña destacada. Se podría decir que se trataba de un duelo de necesitados. Pero la visita, con una defensa sólida, las muy buenas actuaciones de Ramón Fernández, Juan Galeano en la mitad de la cancha y de Marcioni por la derecha, desnudaron a un celeste que seguramente debe haber jugado su peor partido del torneo.

 

Con el 25% del torneo jugado, Temperley no encuentra el rumbo y se comienza a complicar con los equipos del fondo de la tabla.

 

El partido fue un jugar permanentemente a lo que quiso Atlanta. Mucho más luego del primer gol, marcado por Juan Galeano desde lejos y con la  ayuda de Matías Castro, que si bien la cancha estaba húmeda no pudo desviar un tiro que le llego al cuerpo. Cabe recordar que un rato antes había sacado una pelota imposible.

 

Después, el desmoronamiento. Minutos después el segundo de Klusener que no tuvo más que cabecear un centro a la cabeza puesto por Marcioni. Se terminaron las esperanzas.

 

El segundo tiempo Temperley intentaba arrimarse a Rago pero evidentemente no estaba en su noche. El celeste mostró su peor cara, la de la impotencia.

 

Atlanta pudo aumentar el marcador, pero la impericia de sus delanteros no permitió una goleada que tal vez, hubiese merecido la visita. Solo quedaba que pasen los minutos y se termine el suplicio para el local.

 

Por un lado es solo un partido, pero que para todos significa una señal de alarma. Obviamente que  la dupla técnica  deberá poner toda su inteligencia para imprimir en este grupo un cambio de rumbo y una línea de juego. Con lo que hay, reordenado al equipo y levantando la moral y los rendimientos de muchos jugadores que tendrán que dar vuelta esta página.

 

Por otro lado, parece que esta derrota debe ser una nueva línea de largada. Olvidar el lugar que ocupa en la tabla y comenzar a recomponer una campaña que hoy lo pone en el lugar 29, a tres puntos del último y a dos puntos de posición de descenso. Es cierto también que está a 5 puntos del ultimo que clasifica al reducido.

 

Depende de Temperley, de su plantel y su cuerpo técnico ver a que se puede aspirar en esta temporada.

 

Un dato importante es que ya no está Ruiz y la gente respalda a la dupla técnica Quiñonez-Aguirre. Pero la falta de Ruiz como catalizador del descontento, seguramente, lo va a trasladar a los jugadores y a la dirigencia. Solo con basta leer algunas redes para ver este traslado.

 

Esperemos que en San Juan se pueda revertir esta inercia y comenzar a observar claridad y buen juego para traerse un buen resultado ante un necesitado San Martín de San Juan.

 

Tal vez Gallardo tenga razón y la receta sea SERENIDAD.

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