“Papá, porqué ellos juegan con doce ?”

Quizás habría que decir con catorce, no … ?

 

El árbitro, Diego Ceballos, contra lo que siempre se pide de un árbitro, se convirtió en el verdadero protagonista de la tarde.

 

Ni siquiera fue capaz de decidir correctamente la pilcha con la que saldría a “conducir” el partido …

 

Es incomprobable, pero por algo, o por mucho, todos teníamos la sensación de que Almirante debía quedarse con los tres puntos, aunque enfrente estuviera el Milán, el City o Fluminense.

 

Nos tocó a nosotros.

 

Temperley, más allá de comenzar nervioso el encuentro, hizo un buen primer tiempo, y de estar más finos Luis o el Chichón podría haberse puesto en ventaja.

 

De todas maneras, fue Almirante quien, en el final de la etapa, se encontró con el regalo de la terna arbitral, convalidando un gol que no fue. No lo decimos nosotros, los de corazón celeste, lo dice y escribe el periodismo deportivo del país.

 

Resulta muy difícil comentar un partido de fútbol en este contexto, teniendo en cuenta los horrores de quienes debieron administrar justicia en el campo de juego.

 

Temperley salió a disputar la segunda etapa cargado de amarillas, sin Nico De Martini, expulsado, sin su técnico en el banco (expulsado también cuando reclamó al tal Ceballos la expulsión de un jugador del local que le aplicó un planchazo criminal a Krüger; (ni la amarilla le mostró) y con la necesidad de conseguir el empate.

 

 

Estaba Gastón Bojanich, para el re armado de la defensa, pero en su primera jugada se encontró con una nueva tarjeta roja, por una presunta falta sobre Guzmán. Una más e iban ….

 

Había que aguantar, esperar alguna pelota parada, alguna llegada de contra, y con poca gente: el Celeste tenía dos jugadores menos, y se notaba.

 

Llegó el segundo del Almirante y ahí se terminó el partido.

 

Temperley se dedicó a esperar el final, tratando de quedar con los nueve en cancha, resguardando a algunos jugadores clave y atentos, todos, a lo que pasara en las otras canchas.

 

Ya estaba consumado lo que, de entrada, parecía la crónica de un final anunciado.

 

Ahora … ?

 

A barajar y dar de nuevo. Nos espera Chacarita, en su casa y con ventaja deportiva; el empate no sirve, sólo sirve ganar, en los 90 (no hay alargue, ni penales)

 

“Papá, es cierto que en 1982 jugamos los octavos de un reducido frente al Funebrero … ?

 

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